Encontrados 104 resultados para: Motivo

  • a fin de que se investigue en los Anales de tus predecesores. En ellos comprobarás que esta es una ciudad rebelde, perjudicial para los reyes y las provincias; y que en ella se han fomentado insurrecciones desde los tiempos más remotos. Por ese motivo fue destruida. (Esdras 4, 15)

  • Aquel día, se ofrecieron grandes sacrificios y hubo mucha alegría, porque Dios les había dado un gran motivo de gozo. También las mujeres y los niños compartían la alegría, y el regocijo de Jerusalén se oía desde lejos. (Nehemías 12, 43)

  • Mis vecinos se burlaban de mí, diciendo: "¡Todavía no ha escarmentado! Por este mismo motivo ya lo buscaron para matarlo. ¡Apenas pudo escapar, y ahora vuelve a enterrar a los muertos!". (Tobías 2, 8)

  • Aquel día, Sara se entristeció mucho, se puso a llorar y subió a la habitación de su padre, con la intención de ahorcarse. Pero luego pensó: "¿Y si esto da motivo a que insulten a mi padre y le digan: ‘Tú no tenías más que una hija querida, y ella se ha ahorcado por sus desgracias’? No quiero que por culpa mía mi anciano padre baje a la tumba lleno de tristeza. Mejor será que no me ahorque, sino que pida al Señor que me haga morir. Así no oiré más insultos en mi vida". (Tobías 3, 10)

  • Y ahora, soberano señor, si hay una falta en este pueblo, si pecan contra su Dios y comprobamos en ellos algún motivo de ruina, entonces sí, subamos y hagámosle la guerra. (Judit 5, 20)

  • Judit le respondió: "¿Quién soy yo para contradecir a mi señor? Haré gustosamente todo lo que le agrade, y eso será para mí un motivo de alegría hasta el día de mi muerte". (Judit 12, 14)

  • El que invoca a Dios para que él le responda, ha llegado a ser la irrisión de sus amigos: ¡el justo, el perfecto, es un motivo de irrisión! (Job 12, 4)

  • ¿Acaso yo me quejo de un hombre o no tengo motivo para estar indignado? (Job 21, 4)

  • Tú exigías sin motivo prendas a tus hermanos y despojabas de su ropa a los desnudos. (Job 22, 6)

  • Soy la burla de todos mis enemigos y la irrisión de mis propios vecinos; para mis amigos soy motivo de espanto, los que me ven por la calle huyen de mí. (Salmos 31, 12)

  • Porque me tendieron sus redes sin motivo y me cavaron una fosa mortal: (Salmos 35, 7)

  • ¡Que no canten victoria mis enemigos traicioneros, ni se guiñen el ojo los que me odian sin motivo! (Salmos 35, 19)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina