Encontrados 87 resultados para: Juro
En cuanto a ustedes, casa de Israel, así habla el Señor: Que cada uno vaya a servir a sus ídolos, pero juro que después ustedes me escucharán y ya no profanarán más mi santo Nombre con sus ofrendas y sus ídolos. (Ezequiel 20, 39)
Tú diles, en cambio: "Juro por mi vida -oráculo del Señor- que yo no deseo la muerte del malvado, sino que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértanse, conviértanse de su conducta perversa! ¿Por qué quieren morir, casa de Israel?". (Ezequiel 33, 11)
Tú les dirás: Así habla el Señor: Juro por mi vida que los que están entre las ruinas caerán bajo la espada, a los que están por el campo los daré como pasto a las fieras, y los que están en las fortalezas y en las cuevas morirán de peste. (Ezequiel 33, 27)
Lo juro por mi vida -oráculo del Señor-: Porque mis ovejas han sido expuestas a la depredación y se han convertido en presa de todas las fieras salvajes por falta de pastor; porque mis pastores no cuidan a mis ovejas; porque ellos se apacientan a sí mismos, y no a mis ovejas; (Ezequiel 34, 8)
por eso, juro por mi vida -oráculo del Señor-: Te convertiré en sangre y la sangre te perseguirá. ¡Te has hecho reo de sangre y la sangre te perseguirá! (Ezequiel 35, 6)
por eso, juro por mi vida -oráculo del Señor- que voy a obrar con el mismo furor y con el mismo celo con que obraste tú, en tu odio contra ellos, y me daré a conocer a ti cuando te juzgue. (Ezequiel 35, 11)
Por eso, así habla el Señor: Juro con la mano levantada que son las naciones vecinas las que cargarán con su propia ignominia. (Ezequiel 36, 7)
Yo oí al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río. Él alzó su mano derecha, y su mano izquierda hacia el cielo y juró por aquel que vive eternamente: "Pasará un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo; y cuando se haya acabado de aplastar la fuerza del pueblo santo, se acabarán también todas estas cosas". (Daniel 12, 7)
Por eso, juro por mi vida -oráculo del Señor de los ejércitos, Dios de Israel- Moab quedará como Sodoma y los amonitas como Gomorra: un campo de cardos, una mina de sal, una tierra desolada para siempre. El resto de mi pueblo los saqueará, lo que quede de mi nación los heredará. (Sofonías 2, 9)
porque está escrito: Juro que toda rodilla se doblará ante mí y toda lengua dará gloria a Dios, dice el Señor. (Romanos 14, 11)
Pongo a Dios por testigo, y lo juro por mi propia vida, que si no volví a Corinto fue por consideración hacia ustedes. (II Corintios 1, 23)
¿Y a quiénes juró Dios que no entrarían en su Reposo, sino a los mismos que le habían desobedecido? (Hebreos 3, 18)