Encontrados 84 resultados para: veo

  • Pregunten y miren: ¿han visto que un hombre esté esperando un hijo?. Pues entonces, ¿por qué veo a los hombres con las manos en las caderas como mujer que da a luz y sus caras se han puesto amarillas? (Jeremías 30, 6)

  • Pero, ¿qué es lo que veo? Ellos se acobardan y retroceden. Los más valientes son derrotados, huyen sin volver la cabeza, ¡Terror por todas partes! dice Yavé. (Jeremías 46, 5)

  • Me levanto entonces y me dirijo al valle. Veo allí la Gloria de Yavé: estaba allí tal como había visto la Gloria a orillas del río Quebar. Inmediatamente me echo de bruces al suelo. (Ezequiel 3, 23)

  • Entro, observo y veo toda clase de reptiles y animales impuros que estaban grabados a lo largo del muro: todos los inmundos ídolos de la casa de Israel. (Ezequiel 8, 10)

  • Me llevó al patio interior del Templo de Yavé, y a la entrada del Templo de Yavé, entre el vestíbulo y el altar, veo alrededor de veinticinco hombres que daban la espalda al Templo de Yavé. Estaban allí mirando hacia el este y se prosternaban delante del sol. (Ezequiel 8, 16)

  • Aparecen entonces seis hombres desde el lado de la Puerta Alta, que mira al norte: cada cual lleva en la mano un instrumento de muerte, y en medio de ellos veo a un hombre con un traje de lino, que tiene en la cintura una tablilla de escriba. Vienen a ponerse al lado del altar de bronce, (Ezequiel 9, 2)

  • Me dijo entonces: "¿Has visto, hijo de hombre?" Después de eso me hizo pasear por la orilla.Cuando regreso al torrente, veo que hay en la orilla muchos árboles, a ambos lados del torrente. (Ezequiel 47, 6)

  • El rey replicó: «Veo que lo que quieren es ganar tiempo, al conocer ya mi decisión. (Daniel 2, 8)

  • Veo huellas de hombres, de mujeres y de niños», dijo el rey (Daniel 14, 20)

  • Me preguntó qué veía yo, y le dije: «Veo un candelabro de oro macizo con su estanque de aceite arriba, y siete lámparas. (Zacarías 4, 2)

  • Cuando el ángel me preguntó qué veía yo, le respondí: «Veo un libro que va volando; mide como diez metros de largo por cinco de ancho.» (Zacarías 5, 2)

  • El ciego, que empezaba a ver, dijo: «Veo como árboles, pero deben ser gente, porque se mueven.» (Evangelio según San Marcos 8, 24)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina