Encontrados 132 resultados para: venido
Te has levantado contra mí y tus palabras insolentes han llegado a mis oídos; por eso voy a poner un anillo en tus narices y un freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde has venido.» (Isaías 37, 29)
Entonces Isaías vino a ver a Ezequías y le preguntó: «¿Qué han dicho esos hombres? ¿De dónde venían?» Y Ezequías respondió: «Han venido de un país lejano, de Babilonia.» (Isaías 39, 3)
Lo he despertado en el norte, y ha venido, desde el oriente ha sido llamado por su nombre. Ha pisoteado a los jefes como al barro, como el alfarero pisa la arcilla. (Isaías 41, 25)
Por lo que a mí me toca, dice Yavé, ésta será la alianza que hago con ellos: Mi espíritu, que ha venido sobre ti, y mis palabras que he puesto en tu boca, no se alejarán de tu boca ni de la boca de tus hijos o de tus nietos, desde ahora en adelante y para siempre, afirma Yavé. (Isaías 59, 21)
al provocarme con las cosas que hacen sus manos o quemando incienso a dioses extranjeros en este suelo de Egipto a donde se han venido a instalar. Así cooperan ustedes mismos a su propia ruina y hacen que todo el mundo los maldiga y se ría de ustedes. (Jeremías 44, 8)
ha caminado a tropezones y se ha venido a tierra. Entonces unos a otros se han dicho: «¡Arriba! Volvámonos a nuestro pueblo y a nuestra patria, lejos de la espada que destruye.» (Jeremías 46, 16)
¡y cortan el bosque! dice Yavé. Sí, han venido como una nube de langostas, tan numerosos que no se pueden contar. (Jeremías 46, 23)
El poder de Moab se ha venido abajo, ha sido herido su brazo. (Jeremías 48, 25)
El diez del quinto mes del séptimo año, algunos ancianos de Israel habían venido a consultar a Yavé y se hallaban sentados frente a mí. (Ezequiel 20, 1)
y me habló así: «Daniel, he venido ahora para instruirte. (Daniel 9, 22)
Mientras estabas orando se pronunció una palabra y he venido a comunicártela porque Dios te ha elegido. Presta, pues, atención a esta palabra y entiende la visión (Daniel 9, 23)
Luego me dijo: «Daniel, no temas, porque desde el primer día en que te dedicaste a comprender y humillarte de corazón delante de tu Dios, fueron oídas tus súplicas y precisamente debido a estas súplicas he venido yo (Daniel 10, 12)