Encontrados 136 resultados para: tarde

  • y estará ardiendo en presencia de Yavé desde la mañana hasta la tarde. Será ésto un rito perpetuo para los hijos de Israel. (Exodo 27, 21)

  • un cordero por la mañana y otro por la tarde. (Exodo 29, 39)

  • Ofrecerás el otro cordero por la tarde con los mismos ritos de la mañana; será un sacrificio por el fuego de calmante olor. (Exodo 29, 41)

  • «Esta es la ofrenda que Aarón y sus hijos ofrecerán a Yavé en el día de su consagración: una décima de flor de harina -lo mismo como para la ofrenda perpetua- la mitad por la mañana y la otra por la tarde. (Levítico 6, 13)

  • Con solo tocar estos animales, ustedes contraerán impureza. El que toque su cadáver quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 11, 24)

  • El que levante alguno de sus cadáveres tendrá que lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 11, 25)

  • El que toque sus cadáveres quedará impuro hasta la tarde. El que levante el cadáver de uno de ellos tendrá que lavar sus vestidos, y quedará impuro hasta la tarde. Estos animales son impuros para ustedes. (Levítico 11, 28)

  • Ustedes tendrán por impuros a todos esos reptiles. El que toque sus cadáveres quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 11, 31)

  • Quedará impuro cualquier objeto sobre el que caiga uno de sus cadáveres, ya sea un artefacto de madera, o un vestido, una piel, un saco o cualquier utensilio. Será metido en agua y quedará impuro hasta la tarde; después quedará puro. (Levítico 11, 32)

  • Cuando muera uno de esos animales de los que puedan comer, el que toque sus cadáveres quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 11, 39)

  • El que coma de su cadáver deberá lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde; el que levante un cadáver habrá de lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 11, 40)

  • Quien entre en esa casa durante el tiempo que esté clausurada quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 14, 46)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina