Encontrados 1286 resultados para: tal

  • No se olviden de compartir y de hacer el bien, pues tales sacrificios son los que agradan a Dios. (Carta a los Hebreos 13, 16)

  • Saluden a todos sus dirigentes y a todos los santos hermanos nuestros. Los de Italia los saludan. (Carta a los Hebreos 13, 24)

  • Obran bien cuando cumplen la Ley del Reino, tal como está en la Escritura: Ama a tu prójimo como a ti mismo. (Carta de Santiago 2, 8)

  • Pero nadie ha sido capaz de dominar la lengua. Es un azote que no se puede detener, un derrame de veneno mortal. (Carta de Santiago 3, 8)

  • Ahora les toca el turno a los que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal ciudad y pasaremos allí el año; haremos buenos negocios y obtendremos ganancias.» (Carta de Santiago 4, 13)

  • Reconozcan sus pecados unos ante otros y recen unos por otros para que sean sanados. La súplica del justo tiene mucho poder con tal de que sea perseverante: (Carta de Santiago 5, 16)

  • Elías era hombre y mortal como nosotros, pero cuando rogó insistentemente para que no lloviese en el país, no llovió durante tres años y medio; (Carta de Santiago 5, 17)

  • Es mejor sufrir por hacer el bien, si tal es la voluntad de Dios, que por hacer el mal. (1º Carta de Pedro 3, 17)

  • me refiero a esas personas que se negaron a creer en tiempo de Noé, cuando se iba acabando la paciencia de Dios y Noé ya estaba construyendo el arca. Pero algunas personas, ocho en total, entraron al arca y se salvaron a través del agua. (1º Carta de Pedro 3, 20)

  • Amados, a pesar de que ya somos hijos de Dios, no se ha manifestado todavía lo que seremos; pero sabemos que cuando él aparezca en su gloria, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como es. (1º Carta de Juan 3, 2)

  • ¿Y cuál es su mandato? Que creamos en el Nombre de su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros, tal como él nos lo ordenó. (1º Carta de Juan 3, 23)

  • Debemos acoger a tales personas si queremos trabajar por la verdad. (3º Carta de Juan 1, 8)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina