Encontrados 465 resultados para: obras de la carne
Hermanos, si uno dice que tiene fe, pero no viene con obras, ¿de qué le sirve? ¿Acaso lo salvará esa fe? (Carta de Santiago 2, 14)
Lo mismo ocurre con la fe: si no produce obras, muere solita. (Carta de Santiago 2, 17)
Y sería fácil decirle a uno: «Tú tienes fe, pero yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe a través de las obras. (Carta de Santiago 2, 18)
¿Será necesario demostrarte, si no lo sabes todavía, que la fe sin obras no tiene sentido? (Carta de Santiago 2, 20)
Abrahán, nuestro padre, ¿no fue reconocido justo por sus obras, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? (Carta de Santiago 2, 21)
Ya ves que la fe acompañaba a sus obras, y por las obras su fe llegó a la madurez. (Carta de Santiago 2, 22)
Entiendan, pues, que uno llega a la verdadera rectitud a través de las obras y no sólo por la fe. (Carta de Santiago 2, 24)
Lo mismo pasó con Rahab, la prostituta: fue admitida entre los justos por sus obras, por haber dado hospedaje a los espías y porque los hizo partir por otro camino. (Carta de Santiago 2, 25)
Porque así como un cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe que no produce obras está muerta. (Carta de Santiago 2, 26)
En cambio la sabiduría que viene de arriba es, ante todo, recta y pacífica, capaz de comprender a los demás y de aceptarlos; está llena de indulgencia y produce buenas obras, (Carta de Santiago 3, 17)
El Padre que invocan no hace diferencias entre personas, sino que juzga a cada uno según sus obras; tomen, pues, en serio estos años en que viven fuera de la patria. (1º Carta de Pedro 1, 17)
Pues toda carne es como hierba y su gloria como flor del campo. La hierba se seca y la flor se cae, (1º Carta de Pedro 1, 24)