Encontrados 987 resultados para: muerte al pecado

  • El testamento no tiene fuerza mientras vive el testador, y la muerte es necesaria para darle validez. (Carta a los Hebreos 9, 17)

  • Además, según la Ley, la purificación de casi todo se ha de hacer con sangre, y sin derramamiento de sangre no se quita el pecado. (Carta a los Hebreos 9, 22)

  • de otro modo hubiera tenido que padecer muchísimas veces desde la creación del mundo. De hecho se manifestó una sola vez, al fin de los tiempos, para abolir el pecado con su sacrificio. (Carta a los Hebreos 9, 26)

  • de la misma manera Cristo se sacrificó una sola vez para quitar los pecados de una multitud. La segunda vez se manifestará a todos aquellos que lo esperan como a su salvador, pero ya no será por causa del pecado. (Carta a los Hebreos 9, 28)

  • De otro modo quedarían puros de una vez gracias a su culto; ya no se sentirían culpables de ningún pecado y dejarían de ofrecer sus sacrificios. (Carta a los Hebreos 10, 2)

  • No te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado, (Carta a los Hebreos 10, 6)

  • Comienza por decir: No quisiste sacrificios ni ofrendas, ni te agradaron holocaustos o sacrificios por el pecado. Y sin embargo esto es lo que pedía la Ley. (Carta a los Hebreos 10, 8)

  • Pues bien, si los pecados han sido perdonados, ya no hay sacrificios por el pecado. (Carta a los Hebreos 10, 18)

  • Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, no puede haber ya sacrificio por el pecado; (Carta a los Hebreos 10, 26)

  • No hay misericordia para el que desprecia la Ley de Moisés: es condenado a muerte por el testimonio de dos o tres personas. (Carta a los Hebreos 10, 28)

  • y quiso compartir, no el goce pasajero del pecado, sino los malos tratos del pueblo de Dios. (Carta a los Hebreos 11, 25)

  • Por la fe celebró la Pascua y rociaron con sangre las puertas para que el exterminador no diera muerte a sus hijos primogénitos. (Carta a los Hebreos 11, 28)


“Deus ama quem segue o caminho da virtude.” São Padre Pio de Pietrelcina