Encontrados 103 resultados para: llevar las cargas

  • Declaró la guerra al rey de los amonitas, a los que venció. Los hijos de Amón le dieron aquel año cien talentos de plata, diez mil cargas de trigo y diez mil de cebada. Los amonitas le trajeron lo mismo el año segundo y el tercero. (2 Crónicas 27, 5)

  • y para llevar allá el oro y la plata que el rey y sus consejeros han ofrecido generosamente al Dios de Israel, cuya Casa está en Jerusalén; (Esdras 7, 15)

  • entregándole hasta cien talentos de plata, cien cargas de trigo, cien medidas de vino y cien medidas de aceite; la sal se le dará sin medida. (Esdras 7, 22)

  • Ahora mis servidores te van a llevar a la montaña y te dejarán en una de las ciudades de la subida, (Judit 6, 7)

  • Aunque soy dueño del mundo entero y gobierno a incontables naciones, me he propuesto no dejarme llevar por el orgullo del poder y gobernar siempre con dulzura y bondad para que mis súbditos puedan gozar continuamente de una vida tranquila. Al mismo tiempo he procurado restaurar la paz deseada por todo el mundo, ofreciendo durante mi reinado los beneficios de la civilización y permitiendo el libre tráfico dentro de nuestras fronteras. (Ester 13, 2)

  • Pero si éste dice a Dios: «Me dejé llevar, no volveré a hacer mal; (Job 34, 31)

  • Voy a llevar muy lejos mi saber y daré la razón a mi Hacedor. (Job 36, 3)

  • No te dejes, pues, llevar por la ira ni te dejes comprar por los regalos. (Job 36, 18)

  • Nada podrá llevar él a su muerte, ni su riqueza podrá bajar con él. (Salmos 49, 18)

  • Al verlo Matatías su celo se encendió, se estremeció su corazón y se dejó llevar por su justa indignación. Se abalanzó sobre el otro y lo degolló sobre el altar. (1 Macabeos 2, 24)

  • Le envió vajilla de oro y un servicio de mesa, autorizándolo a beber en copas de oro, a vestirse de rojo púrpura y llevar el broche de oro. (1 Macabeos 11, 58)

  • No estaría permitido a ninguno del pueblo o de los sacerdotes actuar en contra de estas disposiciones ni contradecir sus órdenes, o hacer reunión pública sin su consentimiento, ni vestir púrpura o llevar el prendedor de oro. (1 Macabeos 14, 44)


“Ele e ouvir a Sua voz por meio das Suas inspirações e iluminações interiores.” São Padre Pio de Pietrelcina