Encontrados 245 resultados para: filisteos derrotados

  • Dalila, pues, lo ató con siete cordeles trenzados, pero, cuando gritó: «¡Aquí vienen los filisteos!», él nuevamente se soltó. Así que Dalila le dijo: (Jueces 16, 12)

  • Ella lo adormeció, tejió las siete trenzas de su cabellera en la urdimbre y las apretó con el peine. Luego gritó: «¡Aquí vienen los filisteos!» Sansón despertó y arrancó la urdimbre con sus trenzas. Y así Dalila no conoció el secreto de su fuerza. (Jueces 16, 14)

  • Dalila comprendió que esta vez había dicho la verdad y llamó a los jefes de los filisteos diciendo: «Vengan, porque Sansón me ha descubierto su secreto.» Vinieron y le entregaron el dinero prometido. (Jueces 16, 18)

  • Cuando Dalila le gritó: «¡Sansón, los filisteos!», él despertó y pensó que se salvaría, como en las otras ocasiones. Pero no sabía que Yavé no estaba con él. (Jueces 16, 20)

  • Los filisteos lo apresaron, le sacaron los ojos y lo llevaron a Gaza. Lo ataron con dos cadenas de bronce y lo hicieron dar vueltas al molino de la cárcel. (Jueces 16, 21)

  • Los jefes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a su dios Dagón y para hacer una gran fiesta, pues decían: «Nuestro dios ha puesto en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo.» Como todos se sentían alegres, dijeron: (Jueces 16, 23)

  • La casa estaba llena de hombres y de mujeres. También estaban allí todos los jefes de los filisteos y en la terraza unos tres mil hombres y mujeres contemplaban los juegos de Sansón. (Jueces 16, 27)

  • Sansón invocó a Yavé y exclamó: «Señor, Yavé, dígnate acordarte de mí, devuélveme la fuerza nada más que por esta vez para que de un golpe me vengue de los filisteos por mis dos ojos.» (Jueces 16, 28)

  • «Muera yo con los filisteos.» Apretó con todas sus fuerzas y la casa se derrumbó sobre los jefes y sobre la gente allí reunida. Los que arrastró en su propia muerte fueron más que los que había matado en su vida. (Jueces 16, 30)

  • Los benjaminitas se vieron derrotados, pero los hombres de Israel habían cedido terreno a Benjamín porque contaban con la emboscada que pusieron contra Guibea. (Jueces 20, 36)

  • A esta señal entrarían a pelear los israelitas. Así, pues, los que huían de Israel se dieron vuelta cuando los de Benjamín les habían matado como treinta hombres, y se decían: «Están ya derrotados como en la primera batalla.» (Jueces 20, 39)

  • Por ese entonces los filisteos se juntaron para atacar a Israel, pero los israelitas salieron también a hacerles frente. Acamparon cerca de Eben-Ezer, mientras que los filisteos habían acampado en Afec. (1 Samuel 4, 1)


O maldito “eu” o mantém apegado à Terra e o impede de voar para Jesus. São Padre Pio de Pietrelcina