Encontrados 245 resultados para: filisteos derrotados

  • Cuando se presentó, los filisteos designaron a treinta de ellos para que fuesen sus compañeros de boda. (Jueces 14, 11)

  • Sansón le replicó: «Esta vez no debo nada a los filisteos si les hago daño.» (Jueces 15, 3)

  • Prendió fuego a las antorchas y luego, soltando las zorras por las mieses de los filisteos, incendió las gavillas y el trigo todavía en pie y las viñas y olivares. (Jueces 15, 5)

  • Los filisteos preguntaron: «¿Quién ha hecho esto?» Y les respondieron: «Sansón, el yerno del hombre de Timná, porque éste tomó a su esposa y se la dio a su compañero.» Entonces subieron y quemaron a aquella mujer y a su familia. (Jueces 15, 6)

  • Los filisteos subieron a los cerros de Judá e hicieron una incursión por Lejí. (Jueces 15, 9)

  • Tres mil hombres de Judá bajaron a la cueva de la roca de Etam para decir a Sansón: «¿No sabes que los filisteos nos están dominando? ¿Qué les has hecho?» El les respondió: «Como me trataron a mí, los he tratado a ellos.» (Jueces 15, 11)

  • Le dijeron: «Hemos bajado para amarrarte y entregarte en manos de los filisteos.» Sansón les dijo: «Júrenme que ustedes mismos no me matarán.» (Jueces 15, 12)

  • Cuando llegaban a Lejí, los filisteos corrieron a su encuentro con gritos de triunfo, pero el espíritu de Yavé vino sobre él: las cuerdas que lo amarraban fueron como hilos de lino quemados al fuego y las ligaduras se deshicieron en sus brazos. (Jueces 15, 14)

  • Sansón hizo de líder en Israel en la época de los filisteos por espacio de veinte años. (Jueces 15, 20)

  • Los jefes de los filisteos le dijeron a ésta:«Enamóralo y averigua de dónde saca tanta fuerza y cómo podríamos vencerlo y amarrarlo. Te daremos cada uno de nosotros mil cien monedas de plata.» (Jueces 16, 5)

  • Los jefes de los filisteos mandaron a Dalila las siete cuerdas nuevas y sin secar y con ellas Dalila ató a Sansón. (Jueces 16, 8)

  • Ella tenía gente escondida en su habitación y le gritó: «¡Sansón, aquí vienen los filisteos!» Pero Sansón rompió las amarras como se rompe el hilo quemado y no supieron de dónde le venía tanta fuerza. (Jueces 16, 9)


“Viva feliz. Sirva ao Senhor alegremente e com o espírito despreocupado.” São Padre Pio de Pietrelcina