Encontrados 387 resultados para: Vino
Desde entonces, el sirviente retiraba la comida y el vino y les daba legumbres y agua. (Daniel 1, 16)
Tú estabas mirando la estatua cuando de repente una piedra se desprendió, sin haber sido lanzada por ninguna mano, y vino a chocar contra los pies de hierro y loza de la estatua, haciéndola pedazos. (Daniel 2, 34)
Animado por el vino, mandó que le trajeran los vasos de oro y plata que su padre, Nabucodonosor, había robado del Templo; es decir, de la Casa de Dios en Jerusalén, para que bebieran en ellos. (Daniel 5, 2)
Tomaron vino y brindaron a sus dioses de oro y de plata, de bronce y de hierro, de madera y de piedra. (Daniel 5, 4)
Más aún, te has levantado contra el Señor del Cielo, has mandado traer los vasos de su Templo, y con tus invitados has bebido vino en ellos. Has brindado a todos tus dioses de metal y de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, pero no has glorificado al Dios de quien dependen tu vida y tu porvenir. (Daniel 5, 23)
hasta que vino el Anciano a hacer justicia a los santos del Altísimo, y llegó el tiempo en que los santos tomaron posesión del reino (Daniel 7, 22)
Estaba yo pensando, y en esto vino de occidente un macho cabrío como sobrevolando la tierra entera sin tocar el suelo, que tenía un cuerno enorme entre los ojos. (Daniel 8, 5)
Vino donde el carnero de dos cuernos que ya había visto delante del río y corrió hacia él con todo el ardor de su fuerza. (Daniel 8, 6)
no comí alimentos sabrosos; no entraron en mi boca ni carne, ni vino, ni me perfumé durante tres semanas (Daniel 10, 3)
Tenían los babilonios un ídolo llamado Bel, en el que se gastaban diariamente más de seiscientos kilos de flor de harina, cuarenta ovejas y más de doscientos litros de vino. (Daniel 14, 3)
y los sacerdotes de Bel le dijeron: «Nosotros vamos a salir de aquí; tú, rey, manda poner la comida y el vino preparado; luego cierra la puerta y séllala con tu anillo; si mañana por la mañana, cuando vuelvas, encuentras que Bel no se lo ha comido todo, moriremos; en caso contrario, morirá Daniel, que nos ha calumniado. (Daniel 14, 11)
El séptimo día vino el rey a llorar a Daniel; se acercó al foso, miró y vio a Daniel sentado allí. (Daniel 14, 40)