Encontrados 149 resultados para: Registro de Familias

  • Cuídenlos y guárdenlos hasta que los pesen ante los jefes de los sacerdotes y levitas y de las familias de Israel en Jerusalén, en las habitaciones de la Casa de Yavé.» (Esdras 8, 29)

  • Entonces ordené que la gente se colocara detrás de la muralla, ahí donde tenía menos altura; los dispuse por familias, a cada uno con sus espadas, lanzas y arcos. (Nehemías 4, 7)

  • Hallé el registro del censo de los que habían regresado del destierro al principio. Encontré escrito lo siguiente: Estas son las personas de la provincia que regresaron del destierro, aquellos que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había deportado y que volvieron a Jerusalén y Judea, cada uno a su ciudad. (Nehemías 7, 6)

  • En tiempo de Elyasib, Joyada, Yojanán y Yaddúa, los jefes de las familias sacerdotales fueron registrados hasta el reinado del persa Darío. (Nehemías 12, 22)

  • El Señor inscribe a los pueblos en el registro: "Este en ella nació, éste también". (Salmos 87, 6)

  • levanta al pobre de su miseria y multiplica las familias como el rebaño. (Salmos 107, 41)

  • Las insinuaciones de terceras personas los demolieron hasta dispersarlos en una y otra nación; destruyeron además ciudades poderosas y derribaron grandes familias. (Sirácides (Eclesiástico) 28, 14)

  • Gente de Israel, con todas sus familias, escuchen lo que dice Yavé: (Jeremías 2, 4)

  • Inscriban en el registro a este hombre así: «Sin hijos, un fracasado en su vida.» Pues nadie de su sangre logrará restablecerse sobre el trono de David para reinar en Judá. (Jeremías 22, 30)

  • Entonces, dice Yavé, yo seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo. (Jeremías 31, 1)

  • ¿No te has fijado en lo que esta gente comenta? Que Yavé ha dejado a un lado a las dos familias que había escogido, y, por eso, desprecian a mi pueblo, que para ellos ya no es una nación. (Jeremías 33, 24)

  • El patio interior tenía una puerta hacia el pórtico del norte, semejante a la que miraba al este; el hombre midió de una puerta a la otra y registró cien codos. (Ezequiel 40, 23)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina