Encontrados 149 resultados para: Registro de Familias

  • Obtuvo el país de Galaad y Basán. También fue atribuida una parte a los demás hijos de Manasés, en proporción a sus familias: los hijos de Abiezer, los hijos de Elec, los hijos de Esriel, los hijos de Siquem, los hijos de Jefer y los hijos de Semida: éstos son los hijos varones de Manasés, hijo de José, cabezas de familias. (Josué 17, 2)

  • Los hijos de Benjamín, distribuidos por familias, fueron los primeros favorecidos por la suerte, con una parte del terreno situado entre los hijos de Judá y los hijos de José. (Josué 18, 11)

  • el Jordán limita al país por el oriente. Esta fue la parte de herencia de los hijos de Benjamín, según sus familias, definida por sus límites. (Josué 18, 20)

  • Sela, Elef, Jebús, que es Jerusalén, Guibea, y Cariat; catorce ciudades con sus aldeas. Esta es la parte de la herencia de los hijos de Benjamín, según sus familias. (Josué 18, 28)

  • La segunda suerte tocó a los hijos de Simeón, según sus familias, y su herencia vino a caer en medio de los hijos de Judá, a saber: (Josué 19, 1)

  • y todas las aldeas alrededor de estas ciudades hasta Balaar, Beer y Ramat del Negueb. Esta es la herencia de los hijos de Simeón, según sus familias. (Josué 19, 8)

  • La tercera suerte tocó a los hijos de Zabulón por sus familias: los límites de su posesión se extienden por el occidente hasta Sarid. (Josué 19, 10)

  • Esta es la herencia de la tribu de los hijos de Zabulón, distribuida entre sus familias, con las ciudades y aldeas. (Josué 19, 16)

  • La cuarta suerte salió a Isacar para sus familias. (Josué 19, 17)

  • Esta es la posesión de los hijos de Isacar, y las ciudades y aldeas para sus familias. (Josué 19, 23)

  • La quinta suerte salió a la tribu de los hijos de Aser, según sus familias; (Josué 19, 24)

  • Esta es la posesión de los hijos de sus familias. (Josué 19, 31)


O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina