Encontrados 839 resultados para: Ojo

  • Con la Ley nadie llega a ser justo a los ojos de Dios; la cosa es cierta, pues el justo vivirá por la fe, (Carta a los Gálatas 3, 11)

  • ¿Por qué se perdió la alegría de aquel tiempo? No miento, pero se habrían sacado los ojos para dármelos. (Carta a los Gálatas 4, 15)

  • Enójense, pero sin pecar; que el enojo no les dure hasta la puesta del sol, (Carta a los Efesios 4, 26)

  • Arranquen de raíz de entre ustedes disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas y toda clase de maldad. (Carta a los Efesios 4, 31)

  • corro hacia la meta, con los ojos puestos en el premio de la vocación celestial, quiero decir, de la llamada de Dios en Cristo Jesús. (Carta a los Filipenses 3, 14)

  • En Cristo recibieron una circuncisión no humana, no quirúrgica, que los despojó enteramente del cuerpo carnal. Esta «circuncisión de Cristo» (Carta a los Colosenses 2, 11)

  • Pues bien, ahora rechacen todo eso: enojo, arrebatos, malas intenciones, ofensas, y todas las palabras malas que se pueden decir. (Carta a los Colosenses 3, 8)

  • Quiero, pues, que en todo lugar donde los hombres estén orando levanten al cielo manos limpias de todo enojo y discusión. (1º Carta a Timoteo 2, 8)

  • No hay criatura a la que su luz no pueda penetrar; todo queda desnudo y al descubierto a los ojos de aquél al que rendiremos cuentas.Cristo es nuestro sumo sacerdote (Carta a los Hebreos 4, 13)

  • No se vuelvan flojos, sino más bien imiten a aquellos que por su fe y constancia consiguieron al fin lo prometido. (Carta a los Hebreos 6, 12)

  • Por la fe abandonó Egipto sin temor al enojo del rey, porque se fijaba en otro enojo, pero invisible. (Carta a los Hebreos 11, 27)

  • Por la fe atravesaron el mar Rojo como si fuera tierra seca, mientras que los egipcios trataron de pasarlo y se ahogaron. (Carta a los Hebreos 11, 29)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina