Encontrados 2234 resultados para: Ese

  • Ya sabemos que la Ley es buena siempre que tengamos presente su finalidad. (1º Carta a Timoteo 1, 8)

  • Sin lugar a dudas, es grande el misterio de la Bondad: El se ha manifestado en la carne; rehabilitado por el Espíritu, ha sido presentado a los ángeles. Proclamado a todas las naciones y creído en el mundo, ya fue elevado y glorificado. (1º Carta a Timoteo 3, 16)

  • Los ejercicios deportivos no es que sirvan de mucho; la piedad, en cambio, es útil fuera de toda discusión, pues Dios le prometió la vida, tanto la presente como la futura. (1º Carta a Timoteo 4, 8)

  • No inscribas entre las viudas más que a quien ya pasó los sesenta años, casada una sola vez (1º Carta a Timoteo 5, 9)

  • No aceptes acusaciones contra un presbítero si no son presentadas al menos por dos o tres testigos. (1º Carta a Timoteo 5, 19)

  • es un ciego que no entiende nada. Ese padece la enfermedad de las discusiones y cuestiones inútiles, de donde proceden envidias, discordias, insultos, desconfianzas (1º Carta a Timoteo 6, 4)

  • Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigos. (1º Carta a Timoteo 6, 12)

  • Ahora te doy una orden en presencia del Dios que da vida al universo entero, y de Cristo Jesús, que dio su magnífico testimonio ante Poncio Pilato: (1º Carta a Timoteo 6, 13)

  • guarda el mandato, presérvalo de todo lo que pueda mancharlo o adulterarlo hasta la venida gloriosa de Cristo Jesús, nuestro Señor. (1º Carta a Timoteo 6, 14)

  • Al acordarme de tus lágrimas, siento un gran deseo de verte, para llenarme de alegría. (2º Carta a Timoteo 1, 4)

  • A pesar de todo no se hunden los sólidos cimientos puestos por Dios, en los cuales está inscrito: El Señor conoce a los suyos, y: Aléjese de la maldad el que invoca el nombre del Señor. (2º Carta a Timoteo 2, 19)

  • Evita los deseos desordenados, propios de la juventud. Busca la rectitud, la fe, el amor, y ten buenas relaciones con aquellos que invocan al Señor con corazón puro. (2º Carta a Timoteo 2, 22)


“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina