II Reyes, 17
16. Abandonaron todos los preceptos del Señor, su Dios, se hicieron dos becerros de bronce fundido y un cipo sagrado y adoraron a todos los astros del cielo y a Baal.
16. Abandonaron todos los preceptos del Señor, su Dios, se hicieron dos becerros de bronce fundido y un cipo sagrado y adoraron a todos los astros del cielo y a Baal.
El Capítulo 17 del Libro de 2 Reyes describe la caída del reino de Israel, que se había alejado de Dios y adoptó prácticas paganas. Como resultado, la gente fue deportada a Asiria y otras naciones estaban sentadas en sus tierras. A continuación hay cinco versos de otros libros bíblicos que se relacionan con los temas abordados en 2 Kings 17:
Deuteronomio 28:64: "Y el Señor te propagará entre todos los pueblos de un extremo de la tierra al otro". Este versículo predice que si el pueblo de Israel se aleja de Dios, se dispersará entre las naciones.
Salmo 106:34-35: "Los pueblos que el Señor les había dicho no han destruido con los gentiles y aprendieron sus obras". Este salmo narra la historia de Israel desde la liberación de Egipto hasta la época de los reyes, y destaca la tendencia de las personas a desviarse de Dios y seguir las prácticas paganas de las naciones vecinas.
Jeremías 3:6-7: "El Señor dijo en los días del rey Josías, vio lo que hizo Israel, el Adúltere, cómo se había ido en general y debajo de todo el árbol verde". Este versículo destaca la infidelidad de Israel con Dios, y la tendencia del pueblo a buscar el culto a los ídolos en lugares altos bajo los árboles.
Oseas 10:1: "Israel era una enredadera lujosa, que da fruto para ti mismo. Según la abundancia de sus frutas, multiplicó así los altares; según la bondad de su tierra, por lo que sus estatuas se hicieron bien". Este versículo describe la prosperidad material de Israel, que llevó a las personas a multiplicar sus altares y estatuas de ídolos.
Amós 5:26-27: "Pero has tomado el Tabernáculo de tu Moch, y la imagen de tus imágenes, la estrella de tu Dios, que te hiciste. Así que te llevaré cautivos, además de albaricoque, dice el Señor , cuyo nombre, es Dios de los anfitriones ". Este versículo se refiere a la adoración de los ídolos en Israel, incluida la veneración de la estrella de Dios de Remfan, que contribuyó a la caída del reino de Israel.
“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina
