30. Aquel día, lanzará un bramido contra ella como el bramido del mar. Mirarán a la tierra, y sólo habrá tinieblas y angustia, la luz será oscurecida por sombríos nubarrones.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina