Bíblia Católica
 

Isaías, 22

24. De él estará suspendida toda la gloria de la casa de su padre: retoños y gajos, todos los vasos pequeños, desde las tazas hasta las vasijas de todas clases.

Versículos relacionados com Isaías, 22:

Isaías 22 es una profecía sobre la caída de Jerusalén, siendo un mensaje de juicio y condena de la ciudad. Los siguientes versos tratan temas como el arrepentimiento, la búsqueda de Dios y el juicio divino.

Jeremías 3:12: "Ve, entonces, y proclame estas palabras al norte," De vuelta, oh infiel Israel ", declara al Señor." Ya no te miraré con ira, porque soy misericordioso ", dice el Señor", dice el Señor ", dice el Señor . 'Siempre estaré enojado' ". Este versículo habla sobre el llamado al arrepentimiento y la búsqueda de Dios, que se presenta en Isaías 22.

Salmo 51:10: "Crea en mí, oh Dios, un corazón puro y renova dentro de mí un espíritu estable". Este versículo refleja la necesidad de arrepentimiento y cambio, que también se presenta en Isaías 22.

Ezequiel 22:30: "Busqué a un hombre que se levantó y se puso en la violación delante de mí y a favor de esta tierra, para que no lo destruyera; pero no encontré ninguno". Este versículo habla sobre la búsqueda de alguien que pueda interceder a favor de la ciudad, algo que también se aborda en Isaías 22.

Amós 5:18: "¡Ay de ustedes que deseen el día del Señor! Eso querrás este día del Señor? ¿Será de oscuridad y no de luz"? Este versículo habla sobre el juicio divino y la necesidad de estar preparado para ello, que es un tema central en Isaías 22.

Shoponies 2:3: "Busca al Señor, todo, el humilde de la tierra, a quien has puesto en práctica tus mandamientos. Busca justicia, busca humildad. Puede encontrar refugio el día de la ira del Señor". Este versículo habla sobre la búsqueda de Dios y la justicia, que es un mensaje presente en Isaías 22.





“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina