3. Supongamos que un hombre tuviera un centenar de hijos y viviera largos años, pero durante todo ese tiempo no encontrara la felicidad y no tuviera después sepultura - en ese caso digo que un recién nacido fallecido es más feliz que él.





“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina