20. Y se lo llevaron. Apenas el espíritu vio a Jesús, retorció violentamente al muchacho, el cual se cayó al suelo revolcándose y echando espumarajos.





“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina