61. Él permaneció callado y no respondió nada. De nuevo el sumo sacerdote le preguntó: "¿Eres tú el mesías, el hijo del Bendito?".





“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina