55. Si, después de lavado, el sacerdote ve que la mancha no ha cambiado de aspecto, aunque no se haya extendido más, el objeto es impuro; será echado al fuego, porque está infectado por el derecho y por el revés.





“Faltar com a caridade¨¦ como ferir a pupila dos olhos de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina