7. Les decía que vigilasen las pendientes de las montañas, pues eran el paso hacia Judá. Les resultaría fácil obstaculizar el avance, pues el desfiladero era tan estrecho que no permitía pasar más que de dos en dos.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina