21. Vi entre el botín un manto precioso, de Senaar, doscientas monedas de plata y una barra de oro de dos kilos y medio de peso y, dominado por la codicia, los tomé. Están escondidos en la tierra, en medio de mi tienda, y el dinero está debajo".





“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina