Job, 19
29. Temed la espada por vosotros mismos; pues vengadora de culpas es la espada, y sabréis que hay al fin justicia.
29. Temed la espada por vosotros mismos; pues vengadora de culpas es la espada, y sabréis que hay al fin justicia.
“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina