11. Sobre la hija indócil ten estrecha vigilancia, si no quieres ser la irrisión de tus enemigos, el comentario de la ciudad y de los corrillos del pueblo, y la vergüenza ante toda la gente.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina