Eclesiástico, 23
3. No sea que se multipliquen mis errores, se acrecienten mis pecados, caiga en manos de mis adversarios y se regocije mi enemigo a costa mía.
3. No sea que se multipliquen mis errores, se acrecienten mis pecados, caiga en manos de mis adversarios y se regocije mi enemigo a costa mía.
“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina