Daniel, 13
35. Ella, llorando, levantó los ojos al cielo, porque su corazón tenía puesta su confianza en el Señor.
35. Ella, llorando, levantó los ojos al cielo, porque su corazón tenía puesta su confianza en el Señor.
“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina