8. El segundo ángel tocó la trompeta, y una enorme mole de brasas, como una montaña, fue lanzada al mar; la tercera parte del mar se convirtió en sangre,





“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina