Salmos, 106
41. Los entregó en mano de las gentes, y los dominaron los que los odiaban;
41. Los entregó en mano de las gentes, y los dominaron los que los odiaban;
“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina