31. Al ver que el ataque se había iniciado y que un inmenso griterío y sonido de trompetas se levantaba de la ciudad hasta el cielo,





“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina