Znaleziono 584 Wyniki dla: sólo

  • sólo me queda recibir la corona merecida, que en el último día me dará el Señor, justo juez; y no sólo a mí, sino también a todos los que esperan con amor su venida. (II Timoteo 4, 8)

  • Sólo Lucas está conmigo. Tráete a Marcos contigo, pues me es muy útil para el ministerio. (II Timoteo 4, 11)

  • él, por el contrario, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados, se sentó para siempre a la derecha de Dios, (Hebreos 10, 12)

  • Precisamente por esto, de un solo hombre, ya casi muerto, nació una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo y como los incontables granos de arena que hay en las playas del mar. (Hebreos 11, 12)

  • Aquel cuya voz conmovió entonces la tierra nos ha hecho ahora esta promesa: Una vez más conmoveré no sólo la tierra, sino también el cielo. (Hebreos 12, 26)

  • Cumplid la palabra y no os contentéis sólo con escucharla, engañándoos a vosotros mismos. (Santiago 1, 22)

  • Porque el que guarda toda la ley, pero peca aunque sólo sea contra un mandamiento, se hace culpable de todos. (Santiago 2, 10)

  • ¿Tú crees que hay un solo Dios? Muy bien. Los demonios lo creen también, y tiemblan. (Santiago 2, 19)

  • Veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no sólo por la fe. (Santiago 2, 24)

  • Uno solo es el legislador y juez, el cual puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo? (Santiago 4, 12)

  • Esclavos, someteos con todo respeto a los amos; no sólo a los buenos y amables, sino también a los de carácter duro, (I Pedro 2, 18)

  • no perdonó al mundo antiguo, sino que, reservándose sólo ocho personas, entre las cuales Noé, como heraldo de justicia, desencadenó el diluvio sobre el mundo de los que practicaban la injusticia; (II Pedro 2, 5)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina