Znaleziono 38 Wyniki dla: olor

  • Es el holocausto perpetuo que se ofrecía ya en el monte Sinaí, ofrenda quemada de olor agradable en honor del Señor. (Números 28, 6)

  • El segundo cordero lo ofrecerás entre dos luces; lo harás con las mismas ofrendas de pan y de vino de la mañana, como sacrificio quemado, de olor agradable, en honor del Señor". (Números 28, 8)

  • y por cada uno de los corderos, cuatro kilos y medio de flor de harina amasada con aceite. Es holocausto de suave olor, ofrenda quemada en honor del Señor. (Números 28, 13)

  • Lo haréis diariamente durante siete días. Es un alimento, un sacrificio de olor agradable quemado en honor del Señor, además del holocausto diario y su correspondiente ofrenda de vino. (Números 28, 24)

  • Presentaréis al Señor un holocausto de olor agradable, dos novillos, un carnero y siete corderos de un año, (Números 28, 27)

  • Presentaréis al Señor un holocausto de olor agradable: un novillo, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto, (Números 29, 2)

  • Todo esto, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino, según lo prescrito. Es una ofrenda de olor agradable quemada en honor del Señor. (Números 29, 6)

  • Ofreceréis un holocausto de olor agradable al Señor: un novillo, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto, (Números 29, 8)

  • Ofreceréis en holocausto de olor agradable al Señor catorce corderos de un año, sin defecto, (Números 29, 13)

  • Ofreceréis en holocausto de olor agradable al Señor un novillo, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto, (Números 29, 36)

  • Cuando entres en la habitación matrimonial, toma un trozo del hígado y del corazón del pez y échalos en el brasero del incienso. Dará olor y, en cuanto huela, el demonio huirá para no volver más. (Tobías 6, 17)

  • El olor del pez se esparció por la habitación y el demonio huyó al alto Egipto, adonde fue Rafael y lo ató, dejándolo inmóvil. (Tobías 8, 3)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina