Znaleziono 942 Wyniki dla: muros de Jerusalén

  • Roboán, hijo de Salomón, reinó en Judá. Tenía cuarenta y un años cuando subió al trono, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad elegida por el Señor entre todas las tribus de Israel para morada de su nombre. Su madre se llamaba Naamá, la amonita. (I Reyes 14, 21)

  • El año quinto del reinado de Roboán, Sesac, rey de Egipto, fue contra Jerusalén. (I Reyes 14, 25)

  • Reinó tres años en Jerusalén. Su madre, hija de Absalón, se llamaba Macá. (I Reyes 15, 2)

  • Sin embargo, en atención a David, el Señor, su Dios, le concedió una lámpara en Jerusalén, suscitando a su hijo después de él y manteniendo en pie a Jerusalén, (I Reyes 15, 4)

  • Reinó en Jerusalén cuarenta y un años. Su abuela, hija de Absalón, se llamaba Macá. (I Reyes 15, 10)

  • Tenía treinta y cinco años cuando subió al trono, y reinó en Jerusalén veinticinco años. Su madre, hija de Siljí, se llamaba Azubá. (I Reyes 22, 42)

  • Tenía treinta y dos años de edad cuando empezó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén. (II Reyes 8, 17)

  • Tenía cuarenta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó un año en Jerusalén. Su madre, hija de Omrí, rey de Israel, se llamaba Atalía. (II Reyes 8, 26)

  • Sus servidores lo transportaron en un carro a Jerusalén y lo sepultaron en su sepulcro, con sus padres, en la ciudad de David. (II Reyes 9, 28)

  • Empezó a reinar el año séptimo de Jehú, y reinó cuarenta años en Jerusalén. Su madre se llamaba Sibía, de Berseba. (II Reyes 12, 2)

  • Jazael, rey de Siria, fue a atacar a Gat y la conquistó; luego se dispuso a ir contra Jerusalén. (II Reyes 12, 18)

  • Pero Joás, rey de Judá, tomó todas las ofrendas que habían hecho al templo sus antepasados Josafat, Jorán y Ocozías, reyes de Judá, y las que él mismo había hecho, y todo el oro que había en el templo del Señor y en el palacio real, y se lo mandó todo a Jazael, rey de Siria, el cual se retiró de Jerusalén. (II Reyes 12, 19)


Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina