Znaleziono 160 Wyniki dla: modo
"Anda y vete a ver a Ajab, rey de Israel, en Samaría. Está en la viña de Nabot, adonde ha ido para apoderarse de ella. Le dirás: Esto dice el Señor: ¡De modo que, después de haber matado, robas! (I Reyes 21, 18)
Entonces Elías tomó su manto, lo enrolló y golpeó con él las aguas, las cuales se dividieron a uno y otro lado, de modo que pasaron ambos a pie enjuto. (II Reyes 2, 8)
porque el Señor dice: No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle se henchirá de agua, de modo que podáis beber vosotros, vuestros ganados y vuestras bestias de tiro. (II Reyes 3, 17)
De este modo Jehú, hijo de Nimsí, conspiró contra Jorán. Jorán había defendido Ramot de Galaad, con todo Israel, frente a Jazael, rey de Siria; (II Reyes 9, 14)
y el cadáver de Jezabel será como estiércol en el campo, en la heredad de Yezrael, de modo que ni siquiera se podrá decir: Ésta es Jezabel". (II Reyes 9, 37)
Sin embargo, no desaparecieron las colinas, de modo que el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellas. (II Reyes 12, 4)
No obstante, no desaparecieron las colinas, de modo que el pueblo ofrecía todavía sacrificios y quemaba incienso en ellas. (II Reyes 14, 4)
Sin embargo, no desaparecieron las colinas, de modo que el pueblo ofrecía aún sacrificios y quemaba incienso en ellas. (II Reyes 15, 4)
Sin embargo, no desaparecieron las colinas, de modo que el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos. Él construyó la puerta superior del templo del Señor. (II Reyes 15, 35)
Y el Señor estuvo con él, de modo que en todas sus empresas tuvo éxito; se rebeló contra el rey de Asiria y dejó de estarle sometido. (II Reyes 18, 7)
De regreso, al ver los sepulcros que había en el monte, envió a recoger los huesos de los sepulcros y los quemó en el altar; de este modo profanó, conforme a la palabra del Señor, pronunciada por el hombre de Dios cuando Jeroboán, durante la solemnidad, estaba de pie ante el altar. (II Reyes 23, 16)
De este modo Jeconías se quitó el traje de preso y comió a la mesa real todos los días de su vida. (II Reyes 25, 29)