Znaleziono 109 Wyniki dla: historia de Abner

  • El resto de la historia de Amasías está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 14, 18)

  • El resto de la historia de Jeroboán, todo lo que hizo, el valor con que luchó contra Damasco y restituyó Jamat a Israel, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 14, 28)

  • El resto de la historia de Azarías y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 15, 6)

  • El resto de la historia de Zacarías está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 11)

  • El resto de la historia de Salún y la conjura que tramó está todo ello escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 15)

  • El resto de la historia de Menajén y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 21)

  • El resto de la historia de Pecajías y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 26)

  • El resto de la historia de Pécaj y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 31)

  • El resto de la historia de Jotán y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 15, 36)

  • El resto de la historia de todo lo que hizo Acaz está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 16, 19)

  • El resto de la historia de Ezequías, sus hazañas y cómo construyó la alberca y el acueducto para conducir las aguas a la ciudad, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 20, 20)

  • El resto de la historia de Manasés, todo lo que hizo y el pecado que cometió está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 21, 17)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina