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"En el sacrificio por el pecado y en el de reparación, la ley es la misma: la víctima será del sacerdote que haya hecho el rito de absolución. (Levítico 7, 7)
De cada ofrenda se reservará una porción como tributo al Señor, la cual será para el sacerdote que haya derramado la sangre del sacrificio de reconciliación. (Levítico 7, 14)
Si se come al tercer día la carne del sacrificio de reconciliación, el oferente no será grato; su ofrenda no será tenida en cuenta, y el que haya comido de ella llevará el peso de su falta. (Levítico 7, 18)
La carne que haya tocado algo impuro, cualquier cosa que sea, no se podrá comer; deberá ser quemada. Cualquiera que esté puro podrá comer la carne; (Levítico 7, 19)
la cual pertenecerá al hijo de Aarón que haya ofrecido las grasas y la sangre del sacrificio de reconciliación, (Levítico 7, 33)
Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: "Coced la carne a la puerta de la tienda de la reunión y comedla allí con el pan que hay en la cesta de la consagración, como yo he ordenado, diciendo: Aarón y sus hijos lo comerán. (Levítico 8, 31)
Si alguno de estos animales cae muerto dentro de una vasija de barro, lo que hay en ella quedará impuro y la vasija deberá romperse. (Levítico 11, 33)
pero la madre continuará retirada durante treinta y tres días más purificando su sangre; no tocará nada consagrado, ni irá al santuario hasta que se haya cumplido el tiempo de su purificación. (Levítico 12, 4)
lo examinará, y, una vez que haya constatado el crecimiento de la pústula, lo declarará impuro, pues se trata de lepra. (Levítico 13, 8)
El sacerdote lo examinará: si hay una inflamación blanca, el pelo se ha vuelto blanco y se ve la carne viva en la inflamación, (Levítico 13, 10)
"Si uno ha sufrido una quemadura en su piel, y en la cicatriz de la quemadura hay una mancha de un blanco rosáceo o sólo blanca, (Levítico 13, 24)
el sacerdote las examinará; si las manchas que hay sobre la piel son de un color blancuzco, se trata de eczema que ha brotado en la piel; el enfermo es puro". (Levítico 13, 39)