Znaleziono 52 Wyniki dla: enseñanza divina

  • Pues todo lo que ha sido escrito en el pasado, lo fue para nuestra enseñanza, a fin de que por la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras tengamos esperanza. (Romanos 15, 4)

  • una sabiduría divina, misteriosa, oculta, que Dios destinó para nuestra gloria antes de crear el mundo. (I Corintios 2, 7)

  • Hermanos, si yo fuera a veros y os hablara en lenguas extrañas, ¿qué os aprovecharía? Absolutamente nada. Lo provechoso sería que os comunicase alguna revelación, conocimiento, profecía o enseñanza. (I Corintios 14, 6)

  • Fue crucificado en razón de su flaqueza, pero ahora vive por el poder de Dios. Yo también participo de su debilidad y participaré, frente a vosotros, de su poderosa vida divina. (II Corintios 13, 4)

  • Fui, impulsado por una revelación divina; y, en privado, expuse a los dirigentes el evangelio que predico a los paganos, para saber si estaba o no trabajando inútilmente. (Gálatas 2, 2)

  • Nosotros también éramos de ésos cuando nos dejábamos llevar de las apetencias carnales, sujetos a los deseos de nuestros instintos y a nuestra imaginación. Éramos, por naturaleza, objeto de la ira divina, igual que los demás. (Efesios 2, 3)

  • acciones por las que sobreviene la ira divina sobre los rebeldes (Colosenses 3, 6)

  • Porque es propio de la justicia divina retribuir con sufrimientos a los que os hacen sufrir, (II Tesalonicenses 1, 6)

  • Mientras llego, aplícate a la lectura, a la exhortación, a la enseñanza. (I Timoteo 4, 13)

  • Los presbíteros que cumplen bien su misión son merecedores de una doble remuneración, especialmente los que se ocupan de la predicación y la enseñanza. (I Timoteo 5, 17)

  • Si alguno enseña cosas distintas y no admite la enseñanza salvadora de nuestro Señor Jesucristo y la doctrina de nuestra religión, (I Timoteo 6, 3)

  • Esfuérzate por presentarte ante Dios como un hombre probado, como un obrero que no tiene de qué ruborizarse, como fiel predicador de la palabra divina. (II Timoteo 2, 15)


“Não se aflija a ponto de perder a paz interior. Reze com perseverança, com confiança, com calma e serenidade.” São Padre Pio de Pietrelcina