Znaleziono 352 Wyniki dla: dijeron
Entonces le dijeron: "Hemos venido para atarte y entregarte en manos de los filisteos". Sansón respondió: "Juradme que no me mataréis". (Jueces 15, 12)
Ellos le dijeron: "No, nosotros solamente queremos atarte y entregarte en sus manos, pero no te mataremos". Lo ataron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la roca. (Jueces 15, 13)
Los jefes de los filisteos fueron a verla, y le dijeron: "Sedúcele y averigua de dónde le viene su extraordinaria fuerza y cómo podríamos atarle y reducirle a la impotencia. Te daremos cada uno mil cien monedas de plata". (Jueces 16, 5)
En medio de su alegría, dijeron: "Que traigan a Sansón para que nos divierta". Lo sacaron de la cárcel y se divirtieron con él. Lo habían puesto entre las columnas. (Jueces 16, 25)
Los de Dan enviaron a cinco hombres valientes de Sorá y Estaol para reconocer la región y explorarla. Les dijeron: "Id a explorar la tierra". Los cinco hombres llegaron a la montaña de Efraín, a casa de Micá, y allí pasaron la noche. (Jueces 18, 2)
Cuando estaban cerca de la casa de Micá, reconocieron la voz del joven levita, fueron y le dijeron: "¿Quién te ha traído aquí? ¿Qué haces tú aquí? ¿En qué te ocupas?". (Jueces 18, 3)
Ellos le dijeron: "Consulta a Dios si tendrá éxito el viaje que estamos haciendo". (Jueces 18, 5)
Los cinco hombres que habían ido a explorar el país dijeron a sus compañeros: "¿No sabéis que en esta casa hay un efod, ídolos familiares y una imagen tallada y chapeada? Pensad lo que conviene hacer". (Jueces 18, 14)
Después dijeron: "Está cerca la fiesta del Señor que se celebra todos los años en Silo, ciudad situada al norte de Betel, al oriente del camino que sube de Betel a Siquén y al sur de Leboná". (Jueces 21, 19)
Y las besó. Entonces ellas se echaron a llorar y le dijeron: "No, iremos contigo a tu pueblo". (Rut 1, 10)
Los de Asdod, al ver esto, se dijeron: "Que no continúe con nosotros el arca del Dios de Israel, porque es muy dura su mano sobre nosotros y sobre Dagón, nuestro Dios". (I Samuel 5, 7)
Entonces convocaron a los jefes filisteos y les dijeron: "Llevaos de aquí el arca del Dios de Israel; que vuelva a su lugar, para que no nos mate a nosotros y a nuestro pueblo". Pues había un pánico mortal en toda la ciudad, porque la mano de Dios había descargado allí duramente. (I Samuel 5, 11)