Znaleziono 1478 Wyniki dla: casa de Saúl

  • El hombre poseído del espíritu maligno saltó sobre ellos, se apoderó de los dos y los maltrató, de modo que escaparon de aquella casa desnudos y heridos. (Hechos 19, 16)

  • Fueron también con nosotros algunos discípulos de Cesarea, y nos llevaron a casa de un tal Nasón, chipriota, antiguo discípulo, donde debíamos hospedarnos. (Hechos 21, 16)

  • Al día siguiente Pablo fue con nosotros a casa de Santiago, donde se reunieron todos los presbíteros. (Hechos 21, 18)

  • Al día siguiente llegamos a Sidón; y Julio, que trataba con benevolencia a Pablo, le permitió ir a casa de sus amigos para que le cuidasen. (Hechos 27, 3)

  • Cuando entramos en Roma, a Pablo le permitieron quedarse en una casa particular con un soldado que lo custodiase. (Hechos 28, 16)

  • Pablo estuvo dos años en una casa alquilada; allí recibía a todos los que iban a verlo, (Hechos 28, 30)

  • Saludad también a la comunidad que se reúne en su casa. Saludad a mi querido Epéneto, que es el primer creyente cristiano de Asia. (Romanos 16, 5)

  • Saludad a Apeles, que ha dado pruebas de su fe en Cristo. Saludad a los de la casa de Aristóbulo. (Romanos 16, 10)

  • Pero si te casas, no pecas. Y si una mujer soltera se casa, tampoco peca. Lo que pasa es que yo quisiera evitaros los problemas que vais a tener en el matrimonio. (I Corintios 7, 28)

  • En conclusión, el que se casa con su novia hace bien, y el que no se casa hace mejor. (I Corintios 7, 38)

  • ¿Es que no tenéis vuestra casa para comer y beber? ¿O es que despreciáis a la Iglesia de Dios y queréis dejar en vergüenza a los que no tienen? ¿Qué os voy a decir? ¿He de felicitaros? En esto no os puedo felicitar. (I Corintios 11, 22)

  • Y si alguno tiene hambre, que coma en su casa, y que en vuestras reuniones no haya motivo alguno para castigaros. Lo demás lo arreglaré a mi llegada. (I Corintios 11, 34)


“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina