Znaleziono 897 Wyniki dla: Jerusalén

  • Salomón reinó cuarenta años en Jerusalén sobre todo Israel. (I Reyes 11, 42)

  • Roboán envió a Adorán, el intendente de las prestaciones personales; pero los israelitas le mataron a pedradas. Y el propio Roboán tuvo que apresurarse a subir a su carro y huir a Jerusalén. (I Reyes 12, 18)

  • Roboán llegó a Jerusalén, convocó a la casa de Judá y de Benjamín, ciento ochenta mil hombres de guerra, para luchar contra Israel y recuperar el reino. (I Reyes 12, 21)

  • Si este pueblo sube a ofrecer sacrificios en el templo del Señor, en Jerusalén, el corazón de esta gente se volverá a su señor, a Roboán, rey de Judá, y me matarán a mí, para tornar a Roboán, rey de Judá". (I Reyes 12, 27)

  • Y, después de aconsejarse, hizo dos becerros de oro y dijo al pueblo: "¡Basta ya de subir a Jerusalén! Aquí tienes a tu dios, oh Israel, el que te sacó de Egipto". (I Reyes 12, 28)

  • Roboán, hijo de Salomón, reinó en Judá. Tenía cuarenta y un años cuando subió al trono, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad elegida por el Señor entre todas las tribus de Israel para morada de su nombre. Su madre se llamaba Naamá, la amonita. (I Reyes 14, 21)

  • El año quinto del reinado de Roboán, Sesac, rey de Egipto, fue contra Jerusalén. (I Reyes 14, 25)

  • Reinó tres años en Jerusalén. Su madre, hija de Absalón, se llamaba Macá. (I Reyes 15, 2)

  • Sin embargo, en atención a David, el Señor, su Dios, le concedió una lámpara en Jerusalén, suscitando a su hijo después de él y manteniendo en pie a Jerusalén, (I Reyes 15, 4)

  • Reinó en Jerusalén cuarenta y un años. Su abuela, hija de Absalón, se llamaba Macá. (I Reyes 15, 10)

  • Tenía treinta y cinco años cuando subió al trono, y reinó en Jerusalén veinticinco años. Su madre, hija de Siljí, se llamaba Azubá. (I Reyes 22, 42)

  • Tenía treinta y dos años de edad cuando empezó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén. (II Reyes 8, 17)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina