Znaleziono 24 Wyniki dla: Correspondientes

  • Las correspondientes ofrendas de vino serán de cuatro litros por novillo, de dos litros y medio por carnero y de dos litros por cordero. Éste es el holocausto para todos los meses del año. (Números 28, 14)

  • Todo esto, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino, según lo prescrito. Es una ofrenda de olor agradable quemada en honor del Señor. (Números 29, 6)

  • y un macho cabrío en sacrificio por el pecado. Todo esto, además del sacrificio por el pecado del día del perdón y del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 11)

  • Y un macho cabrío en sacrificio por el pecado; todo esto, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 16)

  • con las ofrendas correspondientes de pan y de vino, según el número de novillos, carneros y corderos; (Números 29, 18)

  • y un macho cabrío por el pecado, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 19)

  • con las ofrendas correspondientes de pan y de vino, según el número de novillos, carneros y corderos; (Números 29, 21)

  • y un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 22)

  • con las correspondientes ofrendas de pan y vino, según el número de novillos, carneros y corderos; (Números 29, 24)

  • y un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 25)

  • con las correspondientes ofrendas de pan y de vino, según el número de novillos, carneros y corderos; (Números 29, 27)

  • y un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 28)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina