Znaleziono 26 Wyniki dla: sacar
además los utensilios de oro y plata de la Casa de Dios que Nabucodonosor había quitado al santuario de Jerusalén y había llevado al santuario de Babilonia, el rey Ciro los mandó sacar del santuario de Babilonia, y entregar a un hombre llamado Sesbassar, a quien constituyó sátrapa; (Esdras 5, 14)
Mas ¿quién podrá sacar lo puro de lo impuro? ¡Ninguno! (Job 14, 4)
Como salió del vientre de su madre, desnudo volverá, como ha venido; y nada podrá sacar de sus fatigas que pueda llevar en la mano. (Eclesiastés 5, 14)
para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la cárcel a los que viven en tinieblas. (Isaías 42, 7)
«Venid, voy a sacar vino y nos emborracharemos de licor, que el día de mañana será como el de hoy, o muchísimo mejor.» (Isaías 56, 12)
Dirás a la tierra de Israel: Así dice el Señor Yahveh: Aquí estoy contra ti; voy a sacar mi espada de la vaina y extirparé de ti al justo y al malvado. (Ezequiel 21, 8)
El rey entonces se alegró mucho y mandó sacar a Daniel del foso. Sacaron a Daniel del foso y no se le encontró herida alguna, porque había confiado en su Dios. (Daniel 6, 24)
Efraím, tal lo he visto, era como Tiro plantada en la pradera, pero Efraím tendrá que sacar sus hijos al verdugo. (Oseas 9, 13)
Sólo quedarán unos pocos evadidos para sacar de la casa los huesos; y si se dice al que está en el fondo de la casa: «¿Hay todavía alguien contigo?», dirá: «Ninguno», y añadirá: «¡Silencio!, que no hay que mentar el nombre de Yahveh». (Amós 6, 10)
¿qué era de vosotros? Se venía a un montón de veinte medidas y no había más que diez; se venía a la cava para sacar cincuenta cántaros y no había más que veinte. (Ageo 2, 16)
Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano. (Mateo 7, 5)
¿Cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo", no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano. (Lucas 6, 42)