Znaleziono 230 Wyniki dla: nuestra

  • Pero la Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre, (Gálatas 4, 26)

  • que es prenda de nuestra herencia, para redención del Pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria. (Efesios 1, 14)

  • entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo en medio de las concupiscencias de nuestra carne, siguiendo las apetencias de la carne y de los malos pensamientos, destinados por naturaleza, como los demás, a la Cólera... (Efesios 2, 3)

  • Porque él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad, (Efesios 2, 14)

  • Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas. (Efesios 6, 12)

  • Pues los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que damos culto según el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin poner nuestra confianza en la carne, (Filipenses 3, 3)

  • Ellos mismos cuentan de nosotros cuál fue nuestra entrada a vosotros, y cómo os convertisteis a Dios, tras haber abandonado los ídolos, para servir a Dios vivo y verdadero, (I Tesalonicenses 1, 9)

  • Bien sabéis vosotros, hermanos, que nuestra ida a vosotros no fue estéril, (I Tesalonicenses 2, 1)

  • Nuestra exhortación no procede del error, ni de la impureza ni con engaño, (I Tesalonicenses 2, 3)

  • Aunque pudimos imponer nuestra autoridad por ser apóstoles de Cristo, nos mostramos amables con vosotros, como una madre cuida con cariño de sus hijos. (I Tesalonicenses 2, 7)

  • De ahí que también por nuestra parte no cesemos de dar gracias a Dios porque, al recibir la Palabra de Dios que os predicamos, la acogisteis, no como palabra de hombre, sino cual es en verdad, como Palabra de Dios, que permanece operante en vosotros, los creyentes. (I Tesalonicenses 2, 13)

  • Pues ¿cuál es nuestra esperanza, nuestro gozo, la corona de la que nos sentiremos orgullosos, ante nuestro Señor Jesús en su Venida, sino vosotros? (I Tesalonicenses 2, 19)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina