Znaleziono 92 Wyniki dla: llevar
A nadie del pueblo ni de los sacerdotes le estará permitido violar estas disposiciones, contradecir sus ordenes, celebrar asambleas en el país sin su autorización, vestir de púrpura o llevar un prendedor de oro. (I Macabeos 14, 44)
Se decía en el escrito cómo el profeta, advertido por un oráculo, mandó llevar con él la Carpa y el Arca, y cómo partió hacia la montaña donde Moisés había subido para contemplar la herencia de Dios. (II Macabeos 2, 4)
Tres años más tarde, Jasón envió a Menelao, hermano del ya mencionado Simón, para llevar el dinero al rey y también para gestionar algunos asuntos importantes. (II Macabeos 4, 23)
Así regresó provisto del mandato real, pero sin llevar consigo nada digno del sumo sacerdocio, sino más bien la furia de un cruel tirano y la violencia de una fiera salvaje. (II Macabeos 4, 25)
A causa de ese olor insoportable, nadie podía llevar ahora al que poco antes se creía capaz de tocar los astros del cielo. (II Macabeos 9, 10)
Reconfortados con estas bellísimas palabras de Judas, capaces de llevar al heroísmo y de robustecer los corazones juveniles, todos decidieron no quedarse a la defensiva, sino lanzarse valerosamente a la ofensiva, y decidir la situación luchando con la mayor valentía, porque estaban en peligro la Ciudad, las instituciones sagradas y el Santuario. (II Macabeos 15, 17)
Si un jefe se deja llevar de habladurías, todos sus servidores se vuelven malvados. (Proverbios 29, 12)
Decidí estimular mi carne con el vino, manteniendo la mente lúcida, y dejarme llevar de la insensatez, hasta ver qué les conviene hacer a los hombres bajo el cielo, en los contados días de su vida. (Eclesiastés 2, 3)
No te dejes llevar por el enojo, porque el enojo se alberga en el pecho de los necios. (Eclesiastés 7, 9)
No te dejes llevar por todos los vientos ni vayas por cualquier camino: así obra el pecador que habla con doblez. (Eclesiástico 5, 9)
Déjate llevar por lo que te dicta el corazón, porque nadie te será más fiel que él: (Eclesiástico 37, 13)
No te dejes llevar por la tristeza, aléjala, acordándote de tu fin. (Eclesiástico 38, 20)