Znaleziono 469 Wyniki dla: fiesta de los judíos

  • Si soy culpable y he cometido algún delito que merezca la muerte, no me niego a morir, pero si las acusaciones que hacen los judíos contra mí carecen de fundamento, nadie tiene el derecho de entregarme a ellos. Apelo al Emperador». (Hechos 25, 11)

  • y durante mi estadía en Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos de los judíos, presentaron quejas pidiendo su condena. (Hechos 25, 15)

  • «Rey Agripa, me considero dichoso de tener que defenderme hoy, delante de ti, de las acusaciones que me hacen los judíos, (Hechos 26, 2)

  • porque tú conoces todas las costumbres y controversias de los judíos. Por eso te ruego que me escuches con paciencia. (Hechos 26, 3)

  • Todos los judíos saben cómo he vivido desde los primeros días de mi juventud, en medio de mi pueblo y en la misma Jerusalén. (Hechos 26, 4)

  • la promesa que nuestras doce tribus esperan ver cumplida, sirviendo a Dios fervientemente día y noche. A causa de esta esperanza, rey Agripa, soy acusado por los judíos. (Hechos 26, 7)

  • Te libraréde los judíos y de las naciones paganas. A ellas te envío (Hechos 26, 17)

  • Por todo esto, los judíos me detuvieron en el Templo y trataron de matarme. (Hechos 26, 21)

  • Tres días después convocó a los judíos principales, y cuando se reunieron les dijo: «Hermanos, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de nuestros padres, fui arrestado en Jerusalén y puesto en manos de los romanos. (Hechos 28, 17)

  • pero ante la oposición de los judíos, me vi obligado a apelar al Emperador, sin querer por esto acusar en nada a mi pueblo. (Hechos 28, 19)

  • Yo no me avergüenzo del Evangelio, porque es el poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos en primer lugar, y después de los que no lo son. (Romanos 1, 16)

  • Es decir, habrá tribulación y angustia para todos los que hacen el mal: para los judíos, en primer lugar, y también para los que no lo son. (Romanos 2, 9)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina