Znaleziono 6879 Wyniki dla: dio

  • y que estén como lámparas en el firmamento del cielo para iluminar la tierra". Y así sucedió. (Génesis 1, 15)

  • Dios hizo los dos grandes astros -el astro mayor para presidir el día y el menor para presidir la noche- y también hizo las estrellas. (Génesis 1, 16)

  • para presidir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios vio que esto era bueno. (Génesis 1, 18)

  • Dios dijo: "Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen pájaros sobre la tierra, por el firmamento del cielo". (Génesis 1, 20)

  • Dios creó los grandes monstruos marinos, las diversas clases de seres vivientes que llenan las aguas deslizándose en ellas y todas las especies de animales con alas. Y Dios vio que esto era bueno. (Génesis 1, 21)

  • Dios dijo: "Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales salvajes de toda especie". Y así sucedió. (Génesis 1, 24)

  • Dios hizo las diversas clases de animales del campo, las diversas clases de ganado y todos los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y Dios vio que esto era bueno. (Génesis 1, 25)

  • Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo". (Génesis 1, 26)

  • Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. (Génesis 1, 27)

  • Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde". Y así sucedió. (Génesis 1, 30)

  • Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el sexto día. (Génesis 1, 31)

  • El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido. (Génesis 2, 2)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina