Znaleziono 11413 Wyniki dla: con

  • Se pusieron a gritar con voz muy fuerte: «Santo y justo Señor, ¿hasta cuándo vas a esperar a hacer justicia y tomar venganza por nuestra sangre a los habitantes de la tierra?» (Apocalipsis 6, 10)

  • Y mi visión continuó. Cuando el Cordero abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto; el sol se puso negro como vestido de luto, la luna entera se tiñó como de sangre, (Apocalipsis 6, 12)

  • El cielo se replegó como un pergamino que se enrolla y no quedó cordillera o continente que no fueran arrancados de su lugar. (Apocalipsis 6, 14)

  • Los reyes de la tierra, los ministros, los generales, los ricos, los poderosos y toda la gente, tanto esclavos como hombres libres, se escondieron en las cavernas y entre las rocas de los cerros, (Apocalipsis 6, 15)

  • Luego vi a otro ángel que subía desde el oriente y llevaba el sello del Dios vivo. Gritó con voz poderosa a los cuatro ángeles autorizados para causar daño a la tierra y al mar: (Apocalipsis 7, 2)

  • «No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios.» (Apocalipsis 7, 3)

  • Entonces oí el número de los marcados con el sello: ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de los hijos de Israel: (Apocalipsis 7, 4)

  • Después de esto vi un gentío inmenso, imposible de contar, de toda nación y raza, pueblo y lengua, que estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos, (Apocalipsis 7, 9)

  • y gritaban con voz poderosa: «¿Quién salva fuera de nuestro Dios que se sienta en el trono, y del Cordero?» (Apocalipsis 7, 10)

  • Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde vienen?» (Apocalipsis 7, 13)

  • Yo contesté: «Señor, tú lo sabes.» El Anciano me replicó: «Esos son los que vienen de la gran persecución; han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero. (Apocalipsis 7, 14)

  • Otro ángel vino y se paró delante del altar de los perfumes con un incensario de oro. Se le dieron muchos perfumes: las oraciones de todos los santos que iba a ofrecer en el altar de oro colocado delante del trono. (Apocalipsis 8, 3)


“Temos muita facilidade para pedir, mas não para agradecer”. São Padre Pio de Pietrelcina