Znaleziono 11413 Wyniki dla: con
Date cuenta, pues, de dónde has caído, recupérate y vuelve a lo que antes sabías hacer; de lo contrario iré donde ti y cambiaré tu candelero de su lugar. Eso haré si no te arrepientes. (Apocalipsis 2, 5)
Pero ya es algo positivo que rechaces la conducta de los nicolaítas, que yo también aborrezco. (Apocalipsis 2, 6)
Pero tengo alguna cosa contra ti: toleras a los que tienen la doctrina de Balaán, el que enseñó a Balac a hacer tropezar a los israelitas con la prostitución y las carnes sacrificadas a los ídolos. (Apocalipsis 2, 14)
Recupérate, pues si no iré pronto donde ti para combatir a esa gente con la espada de mi boca. (Apocalipsis 2, 16)
El que tenga oídos, oiga este mensaje del Espíritu a las Iglesias: «Al vencedor le daré un maná misterioso. Le daré también una piedra blanca con un nombre nuevo grabado en ella que sólo conoce el que lo recibe.» (Apocalipsis 2, 17)
Conozco tu proceder, tu amor, tu fe, tu servicio, tu perseverancia y tus últimas obras más numerosas que las primeras. (Apocalipsis 2, 19)
Pero tengo contra ti que dejas actuar a tu Jezabel, esa mujer que se llama a sí misma profetisa, que enseña a mis servidores y los hace descarriar, pues se prostituyen y comen carnes sacrificadas a los ídolos. (Apocalipsis 2, 20)
Por eso ahora la voy a arrojar a un lecho de dolor y también enviaré una prueba terrible a los que cometen adulterio con ella, a no ser que se arrepientan de sus maldades. (Apocalipsis 2, 22)
Ahora escúchenme los demás de Tiatira que no comparten esa doctrina: no los heriré a ustedes que no han conocido sus «misterios», como ellos dicen, que son los misterios de Satanás. (Apocalipsis 2, 24)
las regirá con vara de hierro y las quebrará como vasos de barro. Será como yo, que recibí de mi Padre este poder. (Apocalipsis 2, 27)
Escribe al ángel de la Iglesia de Sardes: Así habla el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras; te creen vivo, pero estás muerto. (Apocalipsis 3, 1)
Has guardado mis palabras, que ponen a prueba la constancia, pues yo te protegeré en la hora de la prueba que va a venir sobre el mundo entero y que probará a los habitantes de la tierra. (Apocalipsis 3, 10)